martes, 2 de septiembre de 2014

EMPLEADO DE TCS EN LIBERTAD, LA JUSTICIA SOLO MUERDE A LOS DE PIES DESCALZOS.


 El miércoles veintiuno de agosto de 2013, pasadas las diez de la noche, Edwin Linares, de 42 años y camarógrafo de TCS, se ofreció a dar rai a la casa a una compañera de trabajo, hasta el enjambre de residenciales situado más allá de Los Chorros. Edwin Linares pidió el carro prestado a otro compañero, manejó como un rayo por la carretera recién pavimentada, y dejó a la comunicadora sin contratiempos en su vivienda. Llovía fuerte. De regreso, Edwin Linares atropelló a un hombre en Lourdes, Colón. Se lo llevó por delante con la parte frontal izquierda del vehículo. No se detuvo. Telefoneó al compañero que le había prestado el vehículo, le dijo que había golpeado a alguien y colgó sin dar más detalles. Manejó sin detenerse hasta el parqueo de la Telecorporación, seguramente bajó para evaluar los daños en el carro, pero lo que vio le asustó tanto que huyó del lugar. Cuando un vigilante se acercó, vio al hombre en los bajos del carro. Aún se movía y llamó a su jefe y a la Policía Nacional Civil. Edwin Linares lo había traído a rastras 
desde Lourdes, más de diez kilómetros. El hombre falleció. El informe de Medicina Legal reveló que el cuerpo presentaba “aplastamiento de hemicara izquierda, en región de tórax, abdomen y muslos, así como múltiples fracturas en costillas y múltiples áreas excorativas”. Se llamaba José Antonio Chicas y tenía 42 años, la misma edad que la persona que en su huída le provocó la muerte.

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