La situación en ARENA está complicada. Después devarios años de
enormes tensiones internas, los problemas en ARENA son los de nunca
acabar. El más recienteproblema tiene como protagonistas a un ex
Presidente de la República y al candidato a la Vicepresidencia
enfrascados ambos en una agria batalla personal.
Ya se sabía desde antes que la situación interna en el expartido de
gobierno es de ansiedad extrema. Pero los constantes lamentos de varios
areneros en las redes sociales confirman lo que muchos observadores
sospechaban: que las cosas en ARENA no andan tan biencomo dice su
dirigencia. Las quejas de los areneros dejan entrever que las cuentas
felices que hace su partido públicamente, no son tales. Los resultados
de sus “encuestas internas” hechas públicas no coinciden con las que
asoman de sus sondeos internos no hechos públicos. ARENA no lleva la
ventaja que dice y la tendencia hoy, no le favorece.
Varios areneros de trayectoria llevan ratos advirtiendo que las cosas
van mal y que el rumbo de la campaña es equivocado. Pero los tomadores
de decisiones del comando de campaña no tienen el temple para reconocer
sus errores. Es más, parecen estar esperanzados en poder disimular sus
malas decisiones tras el velo del “fraude”electoral que ya comenzaron a
develar.
Este último pleito entre estos dos protagonistas de peso en el seno
de la campaña es síntoma de fisuras más profundasque minan la harmonía
en la casa tricolor. Las causas del altercado están relacionadas a otras
decisiones de la cúpula que han hecho de la de Norman Quijano una
candidatura presidencial atípica en ARENA.
La regla no escrita en ARENA era que el candidato presidencial asumía
las riendas del partido y/o de su campaña. Pero a Quijano no se le
permitió hacerlo. Las causas para ello son múltiples pero la más
importante tiene que ver con la aspiración de la cúpula de no perder el
control ideológico y programático de su vehículo electoral.
Sirve aclarar que la “cúpula” de ARENA no incluye atodas las personas
que ostentan cargos formales en la estructura dirigencial del
partido—el COENA—sino a los poderes fácticos del partido que incluyen a
sus principales financistas y a sus principales operadores políticos.
Fue el poder económico y sus aliados quienes no le permitieron a Quijano
pilotear al partido durante la fase de proselitismo.
Las decisiones partidarias y de la campaña las toman dichos poderes,
ya sea directamente, o por medio de sus operadores políticos de mayor
confianza. Y NormanQuijano no es uno de ellos. Mucho menos René Portillo
Cuadra, que de verdad no cuadra en la batalla de intereses (y de egos)
que existe hoy en ARENA.
Por tanto, estas reyertas personales surgen de las profundas
diferencias que albergan los enfrentados y que están relacionadas con
visiones políticas y programáticas totalmente dispares. La extracción de
clase media del vicepresidenciable no le permite adoptar como
propiasvisiones y propósitos al servicio y en defensa de los intereses
del gran capital. El compañero de fórmula de Quijano es hoy pieza
clave en el juego de percepciones que deja entrever una apertura
ficticia en el engranaje del poder interno tricolor. Sin embargo, de
llegar ARENA al poder en junio próximo, elvicepresidente será una pieza
ornamental más, como los elegantes sillones de Casa Presidencial.
fuente;
http://www.lapagina.com.sv/nacionales/56684/2011/10/06/Edwin-Zamora-La-fraccion-de-ARENA-no-hace-automaticamente-lo-que-indica-el-Coena
http://elmundo.com.sv/los-problemas-en-arena
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